Hay un asunto de interés actual respecto al origen y
evolución del nombre de Dios en Israel y del monoteísmo bíblico en general. Y
digo que es de interés porque su fluctuación, diversidad y complejidad
formativa abre horizontes actuales para nuestra visión del Misterio,
principalmente respecto al asunto de género (dioses y diosas) y respecto al
asunto de la relación entre las distintas religiones y entre éstas y los no
creyentes.
Me propongo presentar el interesante artículo de Mark S. Smith, "Los orígenes del monoteísmo bíblico de Israel desde su antiguo politeísmo y el ugarítico", en el que descubro
algunas pistas sobre el origen del nombre del Dios “El”, sostenido en algunos
relatos de la biblia hebrea (Antiguo Testamento o Primer Testamento, para los
cristianos).
El nombre de Dios El, la Biblia lo trasmite con
frecuencia en plural (elohim) para referirse a los dioses en general; y en algunas
ocasiones más contadas lo transmite en las formas compuestas El Roi, El Saday, El
Berit….
El nombre “El” aparece por primera vez testimoniado en
la edad de bronce, en Ugarit; luego, en la edad de hierro, en Fenicia, Aram y
Transjordania. En Ugarit es nombrado con profusión: 500 veces, como jefe y
padre de dioses, en el II milenio a.e.c.
El texto de la Biblia del profeta Ezequiel, c. 28, el autor Filón de
Biblos y un par de inscripciones, son indicios –discutibles, es verdad- del
culto a El en Fenicia, durante algunos tiempos del I milenio e.a.c. Una lista
de dioses y una sola inscripción atestiguan la presencia del nombre del Dios El
en Aram. Para la región de Transjordania hay unas pocas inscripciones más
discutibles, por su oscuridad.
Sobre el nombre “El” referido al antiguo Dios de
Israel se pregunta Smith y detalla sus conclusiones. El libro de Deuteronomio
32, 8-9, en la versión griega de los LXX conservada en Qumram, indica que Yhvh
es un hijo del Dios El, a quien aquél le asignó la porción de Israel como su
pueblo. Esto explicaría la antigua relación con el Dios “El”, según el final
del nombre Isra-el, y no Isra-ya (del nombre del dios Yvhv, por ejemplo). El texto
de Génesis 49, 24-25 y el Salmo 82 presentan a Yvhv y El como figuras
separadas.
Con base en estos indicios, considera Smith que el
nombre “El” está referido al Dios más antiguo y padre de dioses del antiguo panteón
en Israel. Yhvh sería un Dios posterior subordinado al Dios El. Sin embargo, en
el cántico de Débora (libro de Jueces), las tribus del sur atribuyen al Dios Yhvh
una victoria central. A partir de ese momento se va imponiendo el nombre Yhvh como
Dios poderoso y finalmente único, identificándolo con el Dios El. Progresivamente
se asume su culto en las montañas del Israel pre-monárquico. La sobrevivencia
del culto al Dios El en Transjordania puede estar indicada en los libros de Números
23-24 y Job.
Se cuestiona la visión tradicional entre los
investigadores, que proponía el nombre de Yhvh como Dios en Egipto y el nombre El
como Dios de las montañas de Israel, ya que los textos de Números 23,22 y 24, 8
asocian al Dios El con Egipto. El texto del libro de Éxodo 6, 2-3, apunta que
el Dios El-Saday fue después identificado con Yhvh. Podría tratarse de un texto
que busca solucionar la tensión entre los dos nombres.
Hasta aquí llega Smith. Desde
estos valles campesinos acogemos estos aportes que nos re-sitúan en la conciencia
del Misterio, como Dios de todos y todas,
como Dios del encuentro de los distintos, como Dios del pueblo, como Dios de la
historia.
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